Beyond Anarchy 2023

Propósito de este documento
El autoritarismo va en aumento, a pesar de que la mayoría de las personas disponen ya de medios de comunicación y de acción que harían autónomos a todos los seres humanos, promoviendo y constituyendo comunidades voluntarias.
Si esto no está ocurriendo, es porque vivimos en un presente que todavía es siervo del pasado, incapaz de construir un futuro hecho de relaciones no autoritarias.
Necesitamos, pues, examinar nuestros errores del pasado, ser conscientes de las carencias de nuestro presente y, basándonos en todo ello, construir un futuro a nuestra medida.

El pasado
El movimiento obrero que surgió en el siglo XIX, luchando contra los privilegios y la explotación, se vio afectado por tres rasgos despreciables que aún perviven en demasiadas personas que proclaman estar luchando por la libertad y la emancipación de todos los seres humanos. Estos son:

• El centralismo. La Asociación Internacional de Trabajadores, creada en Londres en septiembre de 1864 por delegados obreros franceses e ingleses, cayó muy pronto bajo el hechizo y el dominio de Karl Marx, que quería convertirla en un organismo que dirigiera de forma centralizada las luchas políticas y económicas del proletariado mundial. Los anarquistas, que se adhirieron en a la Asociación poco después (1868), no eran partidarios de esta estrategia centralista, insistiendo en la "emancipación de los obreros por los propios obreros, libres de toda autoridad directora, aunque fuera una elegida y refrendada por los trabajadores". (Circular Sonvilier, 1871). La misma exigencia de variedad y autonomía fue reafirmada en el Congreso de la Internacional Antiautoritaria (Saint-Imier, 1872) tras la expulsión, orquestada por Marx, del componente anarquista.
• El sectarismo. Esta variedad y autonomía de las diferentes federaciones anarquistas no duró mucho tiempo, una vez que algunas personas dentro del movimiento anarquista empezaron a dar preeminencia a sus propias ideologías (comunismo, colectivismo, individualismo, etc.) en lugar de aceptarlas a nivel personal y trabajar por la promoción de la libertad y la emancipación universales. De hecho, los más vociferantes de ellos empezaron a tratar de imponer su ideología como la mejor y la única que debía ser refrendada por todos. La posición de una "anarquía sin adjetivos" planteada, entre otros, por Tarrida del Marmól, fue prácticamente ignorada y borrada.                                                                                                                                
• Autoritarismo. El sectarismo fue entonces la fuente directa del autoritarismo que, increíble pero cierto, también arraigó en un movimiento antiautoritario. Además, la llamada revolución comunista en Rusia atrajo y fascinó a muchos anarquistas que querían emplear esa estrategia en otras partes del mundo. Algunos se dieron cuenta del engaño, pero muchos prefirieron mantener sus ilusiones. Por ejemplo, en la revolución española, presentada como una revolución anarquista, la dirección del movimiento anarquista decidió participar en un gobierno dirigido por Largo Caballero, el llamado “Lenin español”. Como señaló un anarquista sincero, esa decisión representó "la liquidación del anarquismo y de la C.N.T." (la Confederación Nacional del Trabajo anarcosindicalista). 

El presente
La situación actual del movimiento no autoritario sigue afectada por muchos de aquellos giros equivocados tomados en el pasado. Es más, algunos aspectos aborrecidos por los anarquistas, (nacionalismo, paternalismo estatal corruptor y asistencialismo, luchas políticas, disputas ideológicas) han tomado protagonismo en todas partes, sin que nadie, ni siquiera los anarquistas, haya sido capaz de relegarlos al basurero de la historia. Y ello porque la realidad actual, en lo que a la concepción y práctica libertarias se refiere, se caracteriza por:

• Falta de comunicación (datos, ideas)
• Falta de coordinación (actividades, eventos)
• Falta de implementación (proyectos, planes)

Poner remedio a esas carencias estaría en total sintonía con lo preconizado durante el Congreso de Saint-Imier ("todos aquellos que deseen ser miembros de esta alianza, mantendrán entre ellos comunicación y correspondencia regulares y directas"). Además, la gente ahora dispone de instrumentos de comunicación, coordinación e implementación de proyectos comunes con los que los participantes en aquel Congreso sólo habrían soñado.

El futuro
Un paso previo para relanzar el movimiento no autoritario debería ser el de reafirmar, de la forma más clara, abierta y sintética posible, los principios básicos y los métodos del movimiento.

Principios básicos

• Libertad (autonomía)
• Equidad (fin de los privilegios y de las prácticas explotadoras)
• Solidaridad (ayuda mutua)

Métodos básicos

• No centralista (aceptación de la pluralidad)
• No sectario (aceptación de la variedad)                                                                                                     
• No autoritario (aceptación de la singularidad)

Una vez realizado este paso preliminar pero indispensable, podemos empezar a presentar, discutir y seleccionar formas y modos de acción. Siguiendo las propuestas aún pertinentes del Congreso de Saint-Imier, podríamos crear una o varias plataformas/herramientas federadas para:

• comunicación,
• coordinación,
• implementación;

y promover ideas/actividades/proyectos sobre temas relevantes como:

• procesos alternativos de educación,
• formas alternativas de producción,
• medios alternativos de intercambio.

Es hora de renovar sobre bases más sólidas y prácticas el pacto de amistad, solidaridad y defensa mutua entre las Federaciones libres sugerido por los participantes del Congreso de Saint-Imier como el camino hacia un futuro no autoritario basado en seres humanos libres y comunidades voluntarias autónomas.